¡Hola navegantes de recetas! En Paulina Cocina amamos la papa, el tubérculo más famoso, sin dudas, y hoy les traemos una receta que es un clásico de clásicos: puré de papas. Si hay una guarnición perfecta para un montón de platos, es un buen puré de papas cremoso. Fácil de hacer, versátil, rendidor, sabroso ¿qué más le podemos pedir a esta maravilla?
En esta nota vamos a conocer todos los detalles sobre cómo hacer puré de papa, la elección de las papas, la importancia del proceso de cocción cuidadoso y el agregado de manteca y leche para lograr la textura y el sabor perfecto.
El puré de papa es una exquisita guarnición hecha a base de papas, que nos transporta a la calidez del hogar y a los sabores reconfortantes de la infancia. Al tener un sabor suave y una textura cremosa, es un acompañamiento que se adapta a una amplia variedad de platos, desde carne al horno, hasta unas milanesas o un cordon bleu de pollo. Las combinaciones pueden ser infinitas.
El puré de papas, también conocido como mashed potatoes en inglés, tiene sus raíces en la cocina europea, específicamente en Irlanda y Francia. Se dice que los irlandeses fueron los primeros en popularizar esta receta en el siglo XVIII.
Las papas, un cultivo traído de América que fue básico para la supervivencia de Irlanda, se cocinaban y se mezclaban con manteca (mantequilla) y leche creando un plato económico y reconfortante.
Cualquier receta con papas y, por supuesto, el puré se convirtió en un elemento fundamental de la dieta irlandesa, siendo una de las recetas más conocidas la de champ (puré de papas irlandés), un puré muy perfumado, gracias al agregado de cebolla de verdeo (cebolleta).
En Francia, este puré se perfeccionó y se consideró una delicia en la alta cocina. Fue el chef Antoine-Augustin Parmentier de patatas, quien lo popularizó en la corte francesa en el siglo XVIII contribuyendo a su difusión por toda Europa.
Una de las recetas más populares de puré a la francesa es el aligot, que se destaca por el toque de queso derretido en su interior.
La clave para obtener un puré de papas cremoso radica en la elección de las papas adecuadas y en el proceso de cocción.
Para lograr la textura deseada, es fundamental seleccionar papas con nivel de almidón alto, como las variedades russet o yukon gold. Estas papas se deshacen con facilidad durante la cocción, lo que facilita la obtención de un puré suave y cremoso.
El proceso de cocción es igualmente importante. Las papas se cocinan en agua fría con sal hasta que estén tiernas. Después, se escurren y se machacan o se pasan por un prensapuré, y luego se le agregan ingredientes como manteca, leche y condimentos, para darle cremosidad y sabor.
La decisión de cocinar las papas con o sin cáscara es un tema que genera debate en la cocina. Si bien ambas opciones son válidas, cocinar las papas sin cáscara suele ser la elección preferida para un puré de papa clásico. Esto se debe a que la cáscara puede agregar una textura no deseada al puré.
En este caso es importante lavarlas bien (incluso cepillarlas) para retirar cualquier suciedad. Una vez cocidas, se pelan con facilidad (cuidando de no quemarse).
Uno de los ingredientes estrella en la elaboración de un puré cremoso es la manteca, que aporta un sabor incomparable y una textura suave y sedosa al puré. A la hora de agregarla, es importante que esté fría para que se disuelva de manera uniforme con el calor de las papas.
La manteca y la leche son el combo perfecto para lograr un puré de papa cremoso y sedoso, siempre cuidando que las papas estén bien aplastadas para evitar grumos.
También se puede personalizar el puré de papas con mantequilla añadiendo hierbas frescas, como perejil, cebolla de verdeo (cebolleta), ciboulette (cebollino) o cilantro, o incluso un toque de ajo asado, para darle un sabor ahumado.
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Rinde: 4 porciones
Tiempo de preparación: 30 minutos