¡Hola! ¿Cómo están? Hoy vamos a disfrutar de algo dulce para la merienda o para cualquier momento: Orejas de carnaval. No, no nos vamos a comer la oreja de nadie, vamos a disfrutar de este bocado dulce y crocante que es tradición en Galicia, sobre todo en época de Carnaval.
Les vamos a contar de qué van estos dulces crujientes, por qué son tan populares en Galicia y en otras regiones de España y, como siempre, vamos a aprender a prepararlas en casa con una receta de orejas de carnaval ¡para chuparse los dedos!
Las orejas de carnaval, también conocidas como “orejas gallegas” u “orejas fritas” son uno de los dulces más emblemáticos de Galicia durante la temporada de Carnaval al igual que las filloas gallegas o las cañas fritas rellenas de crema.
Este bocadillo se caracteriza por su forma irregular similar a una oreja y una textura crujiente y dorada. Aunque su aspecto puede variar, su sabor inconfundible las convierte en un manjar irresistible.
Estas golosinas muy similares a las tortas fritas, se hacen típicamente a partir de masa de harina que se estira en forma de una fina lámina irregular y se fríen en aceite caliente hasta que se hinchen y se doren. Luego, se espolvorean con azúcar o canela para darles un sabor más dulce.
¿Por qué se llaman orejas de carnaval? La respuesta a esta pregunta se encuentra en la forma peculiar de estos dulces. Su apariencia similar a una oreja de cerdo se parece también a los disfraces y máscaras que se usan durante el Carnaval donde la creatividad y la extravagancia son bienvenidas.
Pero también tiene que ver con la época en la que se comen estos dulces antes de la cuaresma, momento en el que no se suele comer carne por cuestiones religiosas. En reemplazo, y de forma picaresca, se crearon estas orejas dulces, que sí estaban “permitidas”.
La historia de las orejas fritas, como mencionamos, está vinculada a la tradición culinaria de muchas culturas que celebran el Carnaval, el período festivo que precede a la cuaresma, un período de 40 días de abstinencia y penitencia que antecede a la Semana Santa en el cristianismo.
La relación entre las orejas gallegas y la cuaresma radica en el hecho de que este postre se prepara especialmente para disfrutarlo durante el período de Carnaval, que es una época de indulgencia y celebración antes de la austeridad de la Cuaresma.
La elaboración de las orejas de carnaval es un proceso bastante sencillo. Se prepara una masa dulce, con un poco de levadura y un toque opcional de anís o algún licor similar.
Esta masa se estira finamente y se corta en formas irregulares antes de freírlas en aceite caliente hasta que se doren y se inflen por ayuda del leudante. El resultado es un dulce crujiente por fuera y tierno por dentro.
La masa de las orejas de carnaval es el corazón de esta preparación. Para lograr una masa perfecta se mezclan harina, azúcar, huevos, mantequilla, levadura y un toque de anís. La combinación de estos elementos da como resultado una masa perfumada, de textura suave y elástica, ideal para estirarla finamente y dar forma a las orejas.
La masa es una parte esencial de la receta de orejas de carnaval con levadura, ya que determina la textura y el sabor característicos de este dulce. Es importante aromatizar con un poco de anís o ralladuras cítricas, para darle más sabor.
Las orejas de carnaval no sólo se disfrutan durante la temporada de Carnaval en Galicia, sino que también son bienvenidas en otras ocasiones festivas. Estos dulces se convierten en protagonistas en celebraciones familiares, bodas, comuniones y otros eventos especiales.
Además, son un recuerdo gustativo que transporta a muchos gallegos a su infancia, recordando momentos de alegría y tradición culinaria.
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Rinde: 20 orejas
Tiempo de preparación: 60 minutos