Además de ese color maravilloso que embellece cualquier preparación, la calabaza es rica, sana y muy versatil. Me gusta en sopas, al horno, frita, en guisos, ¡como sea!
Hoy, jugando con calabaza, hice estas “pizzas sin harina” sobre ellas. La gracia está en darle sabores y aspecto parecidos a los típicos de la pizzería… Y de paso nos ahorramos comer algunos hidratos, que el traste siempre lo agradece.
Si buscás receta de pizza sin harina también está la posibilidad de hacer pizza con masa de coliflor (la publicaré el breve).
1. Cortar la calabaza en rodajas de 1 cm aprox.
2. Pasar las rodajas (con cáscara) por agua hirviendo unos 7 minutos. Pinchar con un tenedor para asegurarnos que estén cocidas. ¡Ojo! a no pasarse, así no se desarman.
3. Escurrirlas y pasarlas directamente a una plancha o sartén caliente. Una vez que esté dorada de un lado, dar vuelta.
4. Armar cada “pizza” con su sabor y tapar, para que el queso se derrita más rápido. Cuidado si no se tapa: podría estar dorada la calabaza antes que derretido el queso y eso sería una tra-ge-dia.
5. Mirar a todas las pizzas juntas, sonreir y pensar: que fácil es ser feliz.
Pintar la base con una cucharadita de puré de tomates, agregar un trozo de mozzarella y llover con orégano.
Pequeños trocitos de mozzarella, provolone, roquefort y queso rallado (o los quesos que tengas en casa…)
Pintar la base con 1 cdita. de puré de tomates, agregar una feta de jamón, mozzarella y un trocito de morrón para decorar (lo asé en la misma plancha)
1 trozo de mozzarella y otro (más grande) de roquefort.
Ver comentarios
Me salieron muy buenas, pero quizá antes de ponerla a grillar conviene sacarle la cáscara
Que buena idea, se me ocurre tambien sobre berenjenas, quedarían unos buenos pasabocas para una reunion con amigos o familiares.