¡Hola a todos y todas, bienvenidos a Paulina Cocina! Hoy quiero invitarlos e invitarlas a que se animen a probar una fabada asturiana. Un plato de olla que es muy tradicional en la cocina española y que se disfruta mucho en los días más fríos. Es ideal para cuando tenemos invitados en casa y queremos preparar algo rico, pero que al mismo tiempo sea rendidor.
Por eso hoy vengo a compartirles la receta de fabada asturiana tradicional, junto con un poco de su historia y algunos tips para su preparación.
La fabada asturiana es un plato tradicional y emblemático de la gastronomía española, originario de la región de Asturias. Se trata de un guiso que tiene como ingrediente principal a las fabes (un tipo de poroto, judía o haba blanca grande y plana), que se acompañan de otros ingredientes como chorizo, morcilla, lacón, tocino, cebolla y ajo.
Las fabes se deben poner en remojo la noche anterior y la cocción junto con el resto de los ingredientes requiere al menos 3 horas.Lleva su tiempo de elaboración por lo que es importante armarse de paciencia a la hora hacer esta receta. Pero la recompensa vale la pena, el resultado es un plato muy sabroso y rendidor.
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La historia de la fabada asturiana se remonta al siglo XVI, cuando los campesinos de Asturias cultivaban fabes, este tipo de habas blancas y planas, que luego se utilizaban para la preparación de diferentes platos. Estas judías, muy apreciadas por su tamaño y su sabor suave, se convirtieron en un ingrediente básico de la cocina asturiana.
Inicialmente, la fabada era un plato humilde que se preparaba en el campo para alimentar a los trabajadores y a las familias asturianas, pero con el tiempo y el agregado de ingredientes, se convirtió en un plato típico y muy popular en todas las clases sociales de Asturias.
Esa preparación, que en sus inicios era muy básica, se fue sofisticando, y se incorporaron algunos ingredientes que le aportaban más consistencia y, sobre todo, más sabor. Embutidos como el chorizo y la morcilla y derivados como el lacón (un producto similar al jamón, que se extrae de la pata delantera del cerdo) y el tocino (panceta) se sumaron al guiso de fabes.
Estos productos cárnicos pasaron a formar parte de la fabada bajo el nombre de “compango”, que no es otra cosa que el acompañamiento de las fabes. Esos ingredientes se seleccionaban de acuerdo a su disponibilidad y a las posibilidades económicas de quien lo estuviera preparando.
La fabada comenzó a popularizarse fuera de Asturias recién a mediados del siglo XX, cuando algunos restaurantes incorporaron a su menú platos típicos de las distintas regiones de España. Rápidamente la fabada asturiana logró aceptación en el público español y se instaló como un clásico que trascendió las fronteras, convirtiéndose en un plato referente no sólo a nivel gastronómico, sino también cultural.
La fabada tradicional es la que mencionamos anteriormente: el guiso de fabes con el compango de embutidos; pero en algunas regiones de España puede prepararse con perdiz, conejo, almejas, pulpo o bacalao. Incluso algunos restaurantes ofrecen versiones de fabada vegetariana, utilizando verduras y hongos (setas) en lugar de embutidos o carnes.