Eh, Paulina, ¿nos vas a enseñar cómo pelar un tomate?, ¿es para tanto? Seeeeee, vos cuchá: Saber cómo pelar un tomate es importante. ¿Por qué? Porque si no lo pelás y lo metés, por ejemplo en una salsa, ese pedacito de piel de tomate se te puede quedar pegado en los dientes.
¿Y qué problema hay con esto? Bueno, un montón de problemas:
Todo esto puede hacerte caer en una enorme depresión cuyo final muy posiblemente sea la muerte voluntaria. O un accidente de tráfico provocado por exceso de ansiolíticos. Y todo por no saber cómo pelar un tomate. Así que no corras riesgos, prestá atención:
La primera es pelarlos con un cuchillito muy muy filoso, o un pelapapas idem. Esto lo hago cuando voy a comer el tomate fresco (en ensalada, por ejemplo), porque me gusta el tomate bien consistente.
¿Nunca pelaste un tomate con un pelapapas? Probalo. “Qué capa que sos”, me dijo mi hermana cuando me vio. Van a ver, es un gran hallazgo.
El segundo método es el que utilizo cuando voy a cocinar el tomate, y es este que les explico a continuación:
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Sos capa paulina
No me alcanzan los caracteres, Paulina. Gracias!
Gracias Paulina por salvar mi vida enseñándome cómo pelar un tomate
gracias paulina, en el hervor se estigmatizan solos