¡Hola, bienvenidos y bienvenidas a Paulina Cocina! Hoy les traemos una receta que es una bomba, por lo rica, por lo fácil y por lo práctica: San Jacobo. Estas maravillas con nombres de santo, nos hacen ver a Dios cuando los probamos. Por un lado, una de las duplas más maravillosas del mundo: el jamón y el queso. Por el otro, un rebozado crocante y para coronar, una buena fritura. El resultado es un bocado súper crunchy y sabroso con un queso que se derrite en tu boca.
En esta nota te vamos a contar todos los detalles sobre esta preparación, tips para que te salga perfecto, las diferencias y similitudes con otros platos muy parecidos, y al final como siempre, una receta de San Jacobo para hacer en casa y disfrutar viendo una peli.
El San Jacobo es un clásico de la gastronomía española que consiste en dos lonjas de jamón que envuelven cuidadosamente una feta de queso que luego se pasa por huevo y pan rallado y se fríe en aceite caliente.
El resultado es un bocado que combina a la perfección la suavidad del queso con el sabor salado del jamón, con un exterior dorado y crujiente que contrasta maravillosamente con la cremosidad de su interior. Sencillamente irresistible.
La denominación “San Jacobo” no tiene una historia religiosa detrás, como podríamos pensar. En realidad, se trata de un nombre que se ha transmitido de generación en generación en la cocina española.
Algunas teorías sugieren que el nombre proviene de la deformación de la palabra francesa “Cordon Bleu”, que se pronunciaría de forma similar al español como “San Blú” y luego derivó en “San Jacobo”. Otras teorías sugieren que podría ser una referencia a algún cocinero o establecimiento que popularizó esta deliciosa preparación.
La historia de esta receta se remonta a las cocinas tradicionales españolas, donde se buscaba aprovechar ingredientes simples y económicos para crear platos sencillos pero llenos de sabor. La idea de combinar jamón y queso en una preparación empanizada no sólo es rica sino también ingeniosa, ya que permite realzar los sabores de ambos ingredientes.
A lo largo del tiempo, estos bocadillos se han convertido en un plato icónico de la cocina española con múltiples variaciones y adaptaciones en todo el país. Cada región ha aportado su toque único, lo que ha enriquecido aún más la tradición gastronómica.
La preparación de esta receta es bastante fácil, sólo requiere de un poco de destreza en la cocina. Para hacerlos, se necesitan unas fetas de jamón que tengan cierto grosor para que puedan sostener al queso.
Las lonjas de jamón envuelven al queso y se cierran como si fueran un sándwich. Luego se pasan por harina, huevo batido y finalmente por pan rallado. Se fríen en aceite caliente y, en pocos minutos están listos para disfrutar. Ideales para disfrutar en un tapeo, como aperitivo o hasta en un cumpleaños.
El relleno clásico de este bocado es el jamón y el queso (generalmente jamón cocido y un queso tipo gruyere). La elección de los ingredientes puede variar de acuerdo a preferencias personales. Algunas personas prefieren utilizar jamón serrano para un sabor más intenso, mientras que otras optan por queso cheddar o mozzarella para una textura más cremosa.
El San Jacobo comparte similitudes con otros platos, como el “Cordon Bleu de pollo” francés, el “Cachopo” asturiano y los “flamenquines cordobeses” andaluces. Todos estas recetas tienen un formato parecido, como el exterior crocante de pan rallado pero difieren en algunos aspectos.
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Rinde: 4 porciones
Tiempo de preparación: 30 minutos