¡Hola amigos y amigas de Paulina Cocina! Espero que estén muy bien y con ganas de comer un plato bien caliente para llenarse la barriga y quedar listos para dormir la siesta. Hoy les traigo el Cocido Madrileño, una receta de abuelita, que de sólo olerla nos da sensación de hogar. Un plato que lleva su tiempo, pero que vale la pena tomarse porque es muy sabroso y bien rendidor.
¿Se animan a prepararlo?
El cocido madrileño es un plato infaltable para los días más fríos. Un guiso tradicional de Madrid, que ha logrado popularidad en el resto de España, con distintas versiones de acuerdo a la región. Una comida bien completa, sabrosa y calórica, un clásico de la mesa familiar madrileña, pero que también se encuentra en muchos restaurantes de la ciudad.
Los ingredientes del cocido madrileño pueden variar, pero no tienen que faltar los garbanzos, que es importante remojarlos una buena cantidad de horas antes de cocinarlos para que estén tiernos. Además, se acostumbra usar carne de vaca (res), también de pollo o gallina, cerdo, y huesos para darle sabor al caldo; embutidos, como chorizos o morcillas y verduras, que suelen ser patatas (papas), zanahorias y repollo.
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El cocido madrileño se hace a fuego lento, como casi todos los guisos o cocidos, por lo que es un plato que requiere algo de paciencia, ya que cada ingrediente demanda distintas formas y tiempos de cocción. Sin embargo también puede cocinarse en olla exprés (olla a presión) o utilizar un robot de cocina para agilizar la preparación.
Por otro lado, hay particularidades en la forma de servir este cocido emblema de la gastronomía de Madrid. En algunos lugares lo sirven en dos platos, o “vuelcos”: en uno el caldo, que puede acompañarse con unos fideos largos finos, y luego la carne con las verduras y los garbanzos. Sin embargo, la más tradicional es en tres vuelcos: la sopa en un plato, las verduras con los garbanzos en otro y la carne con los embutidos aparte.
El origen del cocido madrileño no está muy claro, pero es muy probable que su nacimiento esté basado en otro guiso, la “olla podrida”, que se preparaba con porotos y embutidos alrededor del siglo XVI. Pero el uso de los garbanzos en las recetas guisadas se remonta a la gastronomía sefardita, unos siglos antes.
El cocido madrileño se considera una adaptación del cocido castellano, que se preparaba con garbanzos, carne de cerdo y verduras. La receta se fue modificando y ajustando de acuerdo a los ingredientes disponibles en la región de Madrid, incorporando nuevas carnes, verduras y especias.
En el siglo XVII, el cocido madrileño comenzó a popularizarse entre la nobleza, que lo consideraba una comida elegante y sofisticada. Durante esta época, se empezó a servir en dos platos, el primero consistente en el caldo y las verduras, y el segundo en las carnes y los garbanzos.
Con el tiempo, el cocido madrileño se convirtió en una comida popular entre todas las clases sociales, especialmente durante el invierno, cuando su calor se hacía más necesario. Se popularizó aún más durante los años de la Guerra Civil española, cuando se convirtió en una comida económica, rendidora y nutritiva para las familias madrileñas.