Si pensamos en iconos de la gastronomía italiana, el café y el gelato son dos infaltables. ¿Y si les dijéramos que hay una receta que junta estos dos? Italiano como pocos, el affogato también es un postre sorprendente porque evoluciona y cambia de gusto y temperatura frente al comensal.
Si es verano, lo recomendamos. Si es invierno, lo recomendamos. ¿Por qué? Porque el café debe estar bien caliente y el helado… Bueno, helado. Pero a medida que los vamos tomando, esta combinación se va convirtiendo en un postre dulce y tibio reconfortante como pocos.
El affogato es un postre italiano que combina dos elementos irresistibles: el espresso y el helado. Este delicioso postre se elabora vertiendo un espresso caliente sobre una bola de helado, lo que da lugar a una combinación mágica de sabores y texturas.
La base de un buen affogato es un espresso de calidad. La intensidad y riqueza del café se mezcla con la suavidad y dulzura del helado, creando una combinación armoniosa de sabores y texturas.
La palabra “affogato” es de origen italiano y su significado es bastante literal y visual. En italiano, se traduce como “ahogado”, y esta definición refleja con precisión la forma en que se prepara este delicioso postre. El término hace referencia a la acción de verter o “ahogar” una bola de helado en una taza o copa con espresso caliente. Este acto de verter el café sobre el helado crea una imagen muy gráfica, ya que el helado parece estar sumergido o “ahogado” en el café.
El café affogato es una creación culinaria que evoca tanto el aspecto visual como la experiencia sensorial del postre. El contraste de temperaturas y texturas entre el café caliente y el helado frío es fundamental para el disfrute de esta delicia, y la palabra “affogato” captura esa sensación perfectamente.
El affogato se toma celebrando la perfecta armonía entre el café y el helado. Primero se sirve una bola de helado en una copa o taza resistente al calor. El helado suele ser de vainilla debido a su sabor neutro que combina bien con el café, pero también se pueden elegir otros sabores. La elección del helado es un aspecto personal y flexible.
Luego, se prepara un espresso que debe estar bien preparado y caliente. Una vez listo, se vierte el espresso caliente directamente sobre el helado en la copa. Esta acción “ahoga” el helado en el café, creando una amalgama de sabores y temperaturas. El calor del espresso comienza a derretir suavemente el helado, y la mezcla de sabores es sublime.
El affogato se degusta de inmediato. Con una cuchara, se mezclan el café y el helado a medida que se consume para asegurarse de obtener un sabor equilibrado en cada bocado. Se disfruta como un postre o como una bebida y es una opción perfecta para quienes aman estos dos productos.
El sabor es una experiencia única y deliciosa que combina la intensidad del espresso con la suavidad y dulzura del helado. La principal característica de su sabor es la potencia y el aroma robusto del café. El espresso se prepara generalmente con granos de café de alta calidad, lo que le confiere un sabor fuerte y profundo con matices de notas tostadas y amargura suave. El helado aporta una dulzura cremosa que contrasta maravillosamente con el café.
Esta receta se caracteriza por un equilibrio cuidadosamente logrado entre el café y el helado, tanto en sabores como en temperaturas. La combinación de estos dos elementos crea una experiencia sensorial única que es apreciada por los amantes del café y el helado en todo el mundo.
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Rinde: 1 affogato
Tiempo de preparación: 10 minutos