¡Bienvenidos a Paulina Cocina! Llegó lo que tanto nos pedían: vamos a hablar de la kombucha. Una bebida que se hace con un organismo vivo, tiene pinta de té, al gusto es medio ácida y tiene un dejo efervescente. ¿Ustedes sabían que a esta bebida la llaman el elixir de la salud inmortal? ¡Tremendo nombre!
Adorada por los gurúes de lo saludable, una receta que llena miles y miles de contenido en las redes, teníamos que contarles de qué se trata y ver juntos si es tan elixir como dicen por ahí.
La kombucha es una bebida fermentada que se ha vuelto cada vez más popular debido a su sabor único y los posibles beneficios para la salud que se le atribuyen. Se elabora a partir de una mezcla de té, azúcar, agua y una colonia de bacterias y levaduras conocida como SCOBY (Symbiotic Culture Of Bacteria and Yeast).
Durante el proceso de fermentación, estas bacterias y levaduras convierten el azúcar en ácido acético, ácido láctico y dióxido de carbono, lo que da como resultado un sabor agridulce y una ligera efervescencia.
Tiene sus raíces en la antigua China, donde se originó hace más de 2,000 años. Originalmente, la bebida era “el té del champán de los dioses” debido a su sabor efervescente y a las supuestas propiedades curativas que se le atribuían. Desde China, se difundió a otras partes de Asia y, eventualmente, llegó a Europa y América del Norte.
El SCOBY es la comunidad de bacterias y levaduras responsables de la fermentación de la kombucha. Es un organismo vivo que se asemeja a una masa gelatinosa flotante en la superficie del líquido y es fundamental para la producción de la bebida.
Mantener y cuidar un SCOBY requiere atención y limpieza regular. Se debe evitar la contaminación cruzada y asegurar que el SCOBY esté en un ambiente limpio para mantener la calidad de la bebida.
Para evaluar si un SCOBY está en buen estado, es fundamental observar su apariencia, textura, olor, grosor y forma. Un SCOBY saludable debe ser de color blanco o beige claro, con una textura suave y uniforme, sin olores desagradables ni cambios notables en su forma o grosor.
Durante la fermentación, debería generar una nueva capa en la superficie del líquido. Además, la bebida resultante debe tener un sabor agridulce y efervescencia característicos. Cualquier desviación significativa de estos indicadores podría ser una señal de que el SCOBY está en mal estado y puede afectar la calidad.
La kombucha ha sido apreciada históricamente por su supuesta capacidad para promover la salud. Se cree que los probióticos presentes en la bebida pueden mejorar la salud intestinal y fortalecer el sistema inmunológico. Además, gracias al té utilizado en su preparación puede ayudar a combatir el estrés oxidativo y proteger las células del cuerpo.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la investigación científica sobre los beneficios sigue siendo limitada y en evolución, y los efectos pueden variar según la persona. Consumir kombucha diariamente puede tener tanto beneficios como riesgos potenciales, y su impacto en la salud puede variar de persona a persona.
Además, esta bebida contiene trazas de alcohol debido al proceso de fermentación, aunque en cantidades muy bajas. Además, algunas variedades comerciales pueden contener cantidades significativas de azúcar, lo que debe ser considerado si se sigue una dieta baja en azúcar.