¡Bienvenidas y bienvenidos a Paulina Cocina! Hoy les traemos una receta que es, sobre todo, un ingrediente para otras recetas ya que se usa para varios tipos de preparaciones: estamos hablando del Buttermilk.
Para que se saquen todas las dudas hoy les vamos a explicar bien qué es el buttermilk, también conocido como suero de leche o suero de mantequilla. Vamos a navegar por su origen, sus múltiples usos en la cocina, las variaciones que existen en distintas regiones, y una receta para preparar en casa para que le den una vuelta de tuerca a las recetas que más les gustan.
El buttermilk, que significa suero de mantequilla o leche de mantequilla en español, es un líquido que se obtiene como subproducto durante la elaboración de la manteca (mantequilla). Su sabor es suave y ligeramente ácido y su textura es más densa que la leche común.
A pesar de su nombre, no contiene manteca en su composición lo que puede llevar a cierta confusión. La verdadera esencia de esta leche de mantequilla radica en su contenido de ácido láctico que le proporciona su sabor característico y sus propiedades culinarias.
Esta crema tiene una historia rica y antigua que se remonta a tiempos ancestrales. Se cree que se originó en las regiones rurales de Europa donde la manteca se hacía en casa de forma tradicional.
Durante el proceso de agitación de la crema para obtener manteca, el líquido restante se convertía en suero de mantequilla. Esta práctica se ha mantenido a lo largo de los siglos y se ha extendido por todo el mundo lo que ha dado lugar a variaciones y diversos usos culinarios.
A medida que las comunidades agrícolas se expandieron, el uso del buttermilk se propagó por diferentes regiones del mundo. En Europa se comenzó a utilizar en panadería, repostería y en la preparación de salsas y sopas.
En Estados Unidos este se convirtió en un ingrediente esencial en la cocina sureña, utilizado, por ejemplo, en la famosa receta de “pollo frito” y en la preparación de biscuits.
A lo largo de los años, diferentes regiones desarrollaron variaciones de esta crema. Por ejemplo, en Irlanda, el “cultured buttermilk” se obtiene a través de la fermentación de la leche y se utiliza en productos lácteos como el kéfir.
En la India, el “lassi” es una bebida refrescante hecha con yogur y buttermilk, a menudo aromatizada con especias.
Con la industrialización de la producción láctea, el suero de mantequilla comenzó a producirse de manera comercial mediante la fermentación controlada de la leche desnatada. Esta versión comercial es más uniforme en sabor y textura que el suero de mantequilla casero, pero también es bastante más costoso.
El buttermilk es un ingrediente versátil que se utiliza en una amplia variedad de recetas, ya que su acidez suave aporta un equilibrio de sabores en platos tanto dulces como salados.
Algunas formas populares de incorporarlo en la cocina son:
Hacer esta leche de mantequilla en casa es bastante más sencillo de lo que se cree, y requiere sólo de dos ingredientes: leche y ácido. El elemento ácido puede ser una cucharada de jugo de limón o vinagre (blanco o de manzana), que se vierte sobre una taza de leche y se revuelve.
Este producto se puede mantener en la heladera por alrededor de una semana. A pesar de que se vea grumoso, o que parezca leche cortada, es normal. Sólo basta con revolverlo un poco para que tome una consistencia más cremosa.
Este es un líquido similar a la leche pero más espeso, muy nombrado en algunas recetas, sobre todo las que vienen de América del Norte pero también de regiones europeas. Se trata básicamente de una especie de leche ácida ligeramente fermentada con ayuda del limón o vinagre.
Ahora vamos a ver una receta fácil para hacer buttermilk casero.
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Rinde: 1 taza
Tiempo de preparación: 15 minutos